
El panorama financiero local atraviesa un momento de calma tensa. A pocos días de las elecciones, los mercados se han mantenido atentos a las intervenciones del Tesoro de EE. UU. y a las definiciones del equipo económico argentino, mientras la volatilidad sigue marcando el ritmo diario.
Durante la última semana, el apoyo del Tesoro norteamericano (encabezado por Scott Bessent) fue nuevamente clave para sostener la estabilidad del peso y moderar las expectativas cambiarias. Este respaldo, que incluyó compras directas de pesos y la posibilidad de un nuevo swap por USD 20.000 millones, se consolida como un hecho inédito y refuerza la mirada optimista del mercado en el corto plazo.
En este sentido, hoy el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció la suscripción de un acuerdo de estabilización cambiaria con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, por un monto de hasta USD 20.000 millones. El organismo dió a conocer que el objetivo es “contribuir a la estabilidad macroeconómica, con especial énfasis en preservar la estabilidad de precios y promover un crecimiento sostenible”.
También se aclaró que el acuerdo establece los términos y condiciones para operaciones bilaterales de swap de monedas entre ambas partes, lo que permitirá al BCRA ampliar su conjunto de herramientas de política monetaria y fortalecer la liquidez de sus reservas internacionales. Esta medida se enmarca dentro de una estrategia integral que busca reforzar la política monetaria argentina y la capacidad de respuesta ante eventuales episodios de volatilidad cambiaria y financiera.
A pesar del anuncio oficial del swap, la demanda de dólares no ha cedido en el mercado. Este lunes, continúa la presión alcista para un tipo de cambio que se ubica a $1462 (mayorista) y $1485 (oficial BNA).
En el frente local, se mantiene el esquema de bandas y se descarta la dolarización, mientras las tasas de caución mostraron picos cercanos al 130 % antes de moderarse. La reciente licitación del Tesoro dejó en claro que el objetivo oficial es contener los rendimientos, lo que podría anticipar una baja progresiva de tasas en las próximas ruedas.
Con una inflación mensual del 2,1 %, la macroeconomía muestra señales de mayor orden, especialmente desde el frente monetario, lo que reduce las chances de movimientos abruptos en el tipo de cambio antes de fin de año. Aun así, la pregunta central sigue siendo la misma: ¿qué pasará con la brecha cambiaria después del 26 de octubre?
En el plano internacional, los metales preciosos continúan destacándose. El oro marca nuevos récords y consolida su rol de refugio en un contexto de tensiones geopolíticas, mientras la plata recupera terreno y el cobre mantiene buenas perspectivas hacia 2025. En contraste, el petróleo atraviesa un año débil, con precios por debajo de los niveles de inicio de año.
El mercado estadounidense también muestra señales de “risk-on”, con las pequeñas tecnológicas y las “7 magníficas” liderando las subas, impulsadas por la expectativa de menores tasas a 10 años. Sin embargo, el mensaje de fondo es claro: en contextos volátiles, la paciencia y la diversificación siguen siendo las mejores estrategias.
“El tiempo en el mercado es más importante que el timing en el mercado.”
Mantener una cartera equilibrada y diversificada puede marcar la diferencia cuando la incertidumbre domina el escenario.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el foco estará en cómo se reacomodan las expectativas y si el apoyo internacional logra sostener la estabilidad cambiaria y financiera en las próximas semanas.