Fin de año financiero: del rally poselectoral a un mercado más selectivo y en busca de rendimientos

El último mes del año nos encuentra con un mercado más sereno, dejando atrás la vorágine poselectoral y entrando en una etapa donde la pregunta central empieza a cambiar: después de tantas ganancias de capital, ¿qué activos ofrecen mejores devengamientos hacia adelante?

La transición entre octubre y noviembre mostró exactamente eso. Octubre fue un mes explosivo. Noviembre, en cambio, trajo calma: no fue un mal mes, pero sí más lateral, más selectivo y con un mercado que empieza a exigir confirmación vía balances. 

Mercado local: menos volatilidad, más selectividad

El mercado argentino dejó un noviembre mucho más tranquilo. Los bonos mostraron una lateralización marcada, con mejores resultados en los tramos largos de la curva, donde la duration permitió capturar compresiones más profundas. La AL30, por ejemplo, rindió 1,1% mensual en dólares, equivalente a un 14% anualizado (rendimiento nada despreciable).
El Merval en dólares subió 1,35% y los activos en general operaron con una volatilidad mucho más acotada que en meses previos.

La calma también se sintió en la deuda. Los instrumentos en pesos fueron los grandes ganadores del mes:

  • CER: fuerte compresión, especialmente en el tramo largo (+20% desde fines de octubre).
  • Tasa fija y “tamar”: rendimientos ajustados y valorización en toda la curva.
  • Dólar linked: desempeño destacado en el acumulado anual (22% en dólares YTD).

En simultáneo, apareció una nueva pieza para analizar: el mercado de futuros del dólar envió señales de mayor previsibilidad hacia 2025. Las expectativas se alinean con la inflación del REM, sin anticipar saltos bruscos. La banda superior del crawling peg se mantiene cerca del 1% mensual, con un único desvío puntual en febrero. El Gobierno ratifica la continuidad del esquema.

Deuda en dólares: oportunidades y desarbitrajes

El Gobierno anunció para el 12 de diciembre una nueva licitación en dólares: un bono 2029 al 6,5%. El objetivo es cubrir vencimientos del AL30 y AL29, concentrar demanda en la parte corta de la curva y transmitir estabilidad.

Esto abre dos debates:

  1. ¿Por qué entrar al nuevo 2029 si el R29 rinde 12%?
  2. ¿Tiene más sentido posicionarse en dólar linked o Bopreales con rendimientos del 10–11%?

También se profundizó un desarbitraje claro entre AL30 y GD30. El primero continúa más castigado, mientras que los globales ya muestran compresiones más consistentes. Se espera que esa brecha tienda a cerrarse en los próximos meses.

 

Mercado internacional: pausa, devengamiento y dólar débil

Fuera de Argentina, también se vio un mes de consolidación. Tras un rally fuerte en Estados Unidos, el mercado empieza a buscar activos que devenguen de manera más estable.

Datos relevantes del año:

  • Dólar Index: caída marcada.
  • Yields de Treasuries a 10 años: en descenso, debilitando al dólar.
  • Oro: +60% en el año; las mineras, aún más.
  • S&P 500: +16%, con tecnología superando el 25%.

Es un mercado extremadamente sectorial. En temporada navideña, compañías como Amazon o Apple funcionan como termómetro del consumo estadounidense, mientras se observa con atención la tracción del iPhone en China.

En paralelo, vuelve al centro la idea de bajas de tasas en EE.UU. durante 2025. El mercado también empieza a incorporar discusiones sobre el sucesor de Jerome Powell, cuyo mandato concluye a principios de 2026. Un reemplazo alineado con un sesgo de tasas más bajas favorece activos intensivos en capital y sostiene el apetito por riesgo.

Dividend Yields 

En este contexto, también vale la pena mirar un punto que vuelve a tomar relevancia después de varios años de fuertes subas en acciones: el rendimiento por dividendos. Los dividend yields muestran realidades muy distintas según cada mercado. 

Brasil continúa destacándose con pagos elevados; empresas como Vale o Petrobras rondan rendimientos del 9% al 10% casi como si fueran obligaciones negociables, aunque con mayor volatilidad en el precio. En Argentina, en cambio, los dividendos siguen muy rezagados por la falta de previsibilidad y por restricciones regulatorias que históricamente limitaron estos pagos. Del otro lado, en Estados Unidos están los llamados dividend aristocrats, compañías que llevan décadas pagando dividendos crecientes y estables, algo que aún no existe a nivel local. Con un entorno más ordenado, estas métricas podrían mejorar gradualmente. Y hacia el mediano plazo, la ventaja estructural del dividendo sigue siendo clave: si el precio de la acción acompaña, los pagos también pueden crecer a lo largo del tiempo.

En síntesis

Noviembre trajo calma después de un octubre violento. La transición desde la compresión al devengamiento empieza a marcar la agenda:

  • Más selectividad en acciones.
  • Los pesos fueron los grandes protagonistas del mes.
  • La curva en dólares presenta oportunidades claras.
  • El mercado global consolida ganancias y mira tasas más bajas.
  • El tipo de cambio luce previsible, al menos en el corto y mediano plazo.

Un cierre de año que permite respirar, equilibrar carteras y planificar con menos ruido.

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